Violencia digital de género: una realidad invisible

Policy brief para abordar su impacto en la sociedad
Violencia digital de género: una realidad invisible
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Las mujeres sufren en el plano digital continuas agresiones y delitos contra su honor e intimidad, que además son un reflejo de la violencia a la que están sometidas en la vida real. 
Según recoge en 2019 la Delegación del Gobierno contra la Violencia de Género, el 18,4% de las mujeres declara haber sufrido acoso sexual online. Un 15,2% experimentó acoso reiterado por parte de la misma persona, y de ellas, una de cada cuatro, tuvo que soportar comentarios o propuestas inapropiadas en Internet. La incidencia es mayor cuanto más jóvenes son, pero hay casos en todas las edades.


Mujeres que tienen que renunciar a su vida social en redes

Las posibilidades que brinda el anonimato y el desarrollo de la tecnología digital, como los softwares espía o las técnicas deepfake (algoritmos que manipulan la realidad) son utilizados en algunos de los ataques. Pero también se produce violencia digital de género digital con menos complejidad técnica. Como, por ejemplo, los delitos de grooming (contacto a una menor de 16 años con fines sexuales), que en 2020 fueron 328 casos.


Ataques de pánico, ansiedad, estrés y baja autoestima

La violencia digital de género tiene consecuencias psicológicas, económicas y sociales en las mujeres que lo sufren. Una encuesta de Amnistía Internacional rescata que el 54% de las mujeres que sufre acoso en redes tiene ataques de pánico, ansiedad o estrés; el 57% genera aprensión por los canales online y un 41% siente amenazada su seguridad física.
La delimitación de estos ataques es complicada dado el anonimato de los atacantes y la falta de estadísticas. Pero no es imposible. Con nuevos marcos que ayuden a detectar casos y la colaboración con plataformas digitales, podremos prevenirlos y actuar de forma ágil.