Esta semana hablamos de cómo percibe la ciudadanía los cambios de la digitalización en su vida. Y también de la ambición de los Estados miembros de la Unión Europea para asegurar la cobertura, velocidad y conectividad en todo el territorio, y no solo en zonas urbanas.  

El futuro en ocasiones produce vértigo. Y prueba de ello es que cuando este debate se le plantea a la sociedad, especialmente en lo relativo al futuro del trabajo, se abre un panorama de incertidumbre. Pero lo desconocido no tiene por qué ser una amenaza. Es una de las conclusiones que se pueden sacar al leer la V Encuesta de percepción social de la innovación en España llevada a cabo por la Fundación Cotec y Sigma Dos, en la que se señala que tres de cada cuatro personas consideran que la innovación es un fenómeno positivo. Es una buena noticia, porque se trata de una de las claves del presente y el futuro más cercano. Seguramente por eso, el I+D+i se mantiene como cuarta preferencia en gasto público, muy cerca de las pensiones. Como es bien sabido, los Estados miembros de la UE están comprometidos con mejorar las competencias digitales de su ciudadanía, así como asegurar que las empresas en las que trabajan usen, cada vez más, tecnologías digitales avanzadas. Para contribuir a ello, los Fondos de Recuperación y Resiliencia son un mecanismo necesario. Así se plantea en el informe Digital path to recovery and resilience in the European Union, de la Comisión Europea. En él, además de hablar de conectividad y de invertir en la digitalización de las administraciones públicas, se recomienda hacerlo en capital humano y en la capacitación de trabajadores y trabajadoras.  

Para poder navegar estas aguas y competir con el resto de líderes mundiales es necesaria la ambición. Y parece que Europa está en el camino adecuado. Es lo que se puede leer en el informe State of digital communications 2022, en el que se refuerza la idea de que, a pesar de que Corea del Sur, EE UU y Japón tienen mayores velocidades de conexión, la UE la ha duplicado entre 2020 y 2021 y se ha propuesto que para 2030 esta sea, como mínimo, de 1 Gbps en todos los hogares. Otra foto fija que demuestra la ambición europea es el objetivo de extender para 2030 la cobertura de la tecnología 5G no solo a los núcleos urbanos y las infraestructuras de transporte, sino a todo el territorio habitado.

 

Antes de que te pongas a leer, te recordamos que cada una de las recomendaciones de lectura incluye un resumen informativo y el enlace al informe completo.

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