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Cada vez son más los ámbitos en los que se utilizan sistemas automáticos de trabajo. Esta tendencia creciente condiciona el presente y futuro del mercado laboral, donde se presentan una serie de retos y oportunidades para la sociedad, que, consciente de los beneficios de los avances en áreas como la energía o la ciencia, aún percibe que no superan a los riesgos.
Desarrollo de los sistemas automatizados de trabajo
El 90% de la población española espera que las mayores innovaciones tecnológicas sean las directamente relacionadas con la automatización del empleo. Nueve de cada diez también confían en que la microelectrónica y los ordenadores se vayan a desarrollar mucho o bastante en los próximos diez años.
Sin embargo, los efectos de la automatización del empleo están rodeados de incertidumbre. Un 54% del total de la población asume que como consecuencia se incrementará el paro, aunque el 28% cree que no habrá cambios. Otro 14% opina que se crearán más puestos de trabajo; en este caso los hombres son más optimistas que las mujeres.
Diversidad de opiniones
La edad, nivel de estudios, ingresos y puesto de trabajo condicionan a la hora de determinar una posición con respecto al empleo automatizado. Un 21% de los menores de 35 años confían en la creación de empleo gracias a la robotización. Por encima de esa edad solo lo piensa un 12%.
Las personas mayores de 45, con estudios básicos y un nivel de ingresos inferior son más escépticas. Quienes trabajan en puestos más reemplazables ven mayores riesgos en la introducción de robots y sistemas automáticos. Un 63% de las personas en venta al público y del sector servicios creen que desaparecerán trabajos, mientras que solo lo piensa cuatro de cada diez personas con puestos directivos.
Este perfil concuerda con quienes se sienten menos competitivos en un entorno laboral automatizado. Además, el 63% de los hombres se ven capacitados para competir en un mercado así, frente al 54% de mujeres que se percibe, por tanto, más sustituible.